El secreto para la elaboración de un Espresso Perfecto que se diferencie por su cuerpo, su cremosidad y su prolongado sabor en boca, explicado en ocho sencillos pasos:
- Quitar el porta y vaciarlo con un golpe suave y limpiar con un pincel los restos del anterior café.
- Colocar el porta en el dosificador del molino y cargarlo con un golpe seco por cada café que nos pidan.
- Prensar con firmeza con el brazo en ángulo recto para hacer una presión uniforme.
- Abrir la salida de agua. Colocar el porta en el grupo y apretar la tecla correspondiente.
- Coger la taza de encima de la máquina por el asa y colocarla debajo del porta.
- Preparar el plato con el azúcar y la cuchara de café.
- Entorno a los 20 segundos, retirar el café y colocarlo en los platos ya preparados.
- Finalmente, servirlo al cliente para que disfrute de un Espresso Perfecto.
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